execrable esperpento parlamentario en el Congreso de los Diputados

El Congreso rechazó ayer por una aplastante mayoría de los votos, incluidos los del grupo mayoritario, la toma en consideración de una reforma de la ley del Deporte que, a propuesta de las Corts Valencianes, pretendía prohibir los pitidos contra los símbolos nacionales en recintos como los estadios de fútbol.

El debate tal y como estaba planteado carecía de sentido, pues la propuesta de reforma, aprobada por las Corts en el año 2006, pretendía modificar una serie de artículos de la ley del Deporte de 1990 que ya fueron derogados en 2007. Lo sabía el grupo parlamentario Popular hace semanas y así se lo trasladaron a sus compañeros de las Corts. Pero los populares valencianos no quisieron renunciar a participar del debate que la reciente final de la copa del Rey de fútbol y unas declaraciones de Esperanza Aguirre volvieron a poner sobre la mesa hace unas semanas.

El resultado era lo de menos. Lo único relevante era volver a debatir sobre los valores de la patria y el respeto al himno nacional. Así las cosas, el terreno estaba abonado para cualquier exceso y éste no tardó en llegar: el diputado de ERC Alfred Bosch desplegó una bandera estelada en la tribuna provocando el reproche del presidente.

Gestos a un lado, pronto se vio que el debate entre los proponentes y la oposición era más que un diálogo una suma de monólogos. Los discursos de los diferentes partidos se limitaron a reiterar argumentos en favor de la libertad de expresión y en contra de las prohibiciones. Varios diputados, como el propio Bosch y el peneuvista Aitor Esteban, aludieron a una sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América en la que se antepone la libertad de expresión al respeto hacia los principales símbolos nacionales. Esteban, además, incorporó el argumento de la imposibilidad de hacer cumplir una normativa de esa naturaleza “en un estadio de fútbol con 75.000 personas dentro. Vayan preparando la cena”. El diputado de CiU Martí Barberá consideró el debate como “artificioso”; Ricardo Sixto (IU) habló de “cortina de humo de un PP que tiene imputados a uno de cada cinco diputados en Valencia” y el socialista Manuel Pezzi clamó contra las maniobras evasivas del PP: “bendito sea el fútbol para rescatar leyes muertas y para que no hablemos del rescate bancario y de los recortes”. Incluso ironizó con la imagen de la policía gritando en el centro de un estadio: “quedan detenidos”.

La portavoz de Deportes del PP, la campeona olímpica de judo Míriam Blasco, no tuvo más remedio que reconocer que la propuesta formulada desde Valencia no tenía ni pies ni cabeza. “No tiene ningún sentido traer una reforma aprobada por las Corts en el 2006 que cuando se registró, en el 2008, ya no servía para nada”, confesaban en el PP.

13-VI-12, L. Izquierdo, lavanguardia

También Rosa Díez, de UPyD, ha coincidido en considerar "obsoleta" la propuesta valenciana y ha defendido que en todo caso lo que hay que hacer es cumplir el orden constitucional, por el que han muerto 858 personas (en alusión a las víctimas del terrorismo).