islas Falkland: anexionismo nacionalista (argentino) contra libre autodeterminación (británica)

La presidenta argentina, Cristina Fernández, menospreció ante el Comité de Descolonización de la ONU el referéndum convocado para el 2013 por los kelpers (malvinenses) y apoyado por Londres, con el cual expresarán su voluntad de seguir siendo británicos. Fernández fue el jueves personalmente a Nueva York para exigir al Reino Unido que negocie la soberanía de las Falkland (Malvinas). “¿Por qué no van a hacer un referéndum en Afganistán o a Iraq?”, dijo Fernández vehementemente. Con su habitual retórica antibritánica, la mandataria criticó al primer ministro David Cameron por izar la bandera de las islas en su residencia coincidiendo con el trigésimo aniversario del fin de la guerra de 1982. “Sentí vergüenza ajena, porque las guerras no se festejan ni se conmemoran”, indicó Fernández, olvidando que Argentina celebra cada año el inicio de la guerra. La presidenta exigió diálogo a Londres, pero se negó a recibir una carta que intentaron entregarle los representantes de los kelpers (los nativos de las islas), quienes dijeron sentirse “decepcionados” con su actitud.

16-VI-12, R. Mur, lavanguardia

A fin de dejar claro de una vez por todas dónde residen sus lealtades y neutralizar las reclamaciones territoriales argentinas, las autoridades de las islas Malvinas han convocado para el año que viene un referéndum sobre el estatus del archipiélago como territorio británico, uno de los últimos y más remotos rincones del imperio. Y el Gobierno de Londres está por supuesto encantado.

Será uno de los plebiscitos con menos participación de la historia, dado que las islas tan sólo tienen poco más de 3.000 habitantes, pero con un importante sentido político y económico, dada la guerra de hace 30 años entre la Inglaterra de Thatcher y la Argentina de la dictadura militar, y la riqueza de sus aguas territoriales. El resultado será con toda certeza contundente, en la línea de las elecciones que Sadam, Gadafi o Mubarak ganaban con el 99% de apoyo oficial. “Sólo votarán en contra de seguir siendo un territorio británico los que sean tan tontos que no entiendan la pregunta o no sepan poner la cruz”, comentó un portavoz de la Asamblea Legislativa de las Malvinas.

El primer ministro británico, David Cameron, ansioso de poder vender a sus compatriotas buenas noticias en medio de la crisis económica y con su popularidad en declive, no tardó un segundo en saltar a la palestra para aplaudir la convocatoria: “Hace tres décadas salimos con nuestro ejército en defensa de los malvinenses porque expresaron su deseo de ser británicos, y los liberamos de los invasores. Ahora el Gobierno de Buenos Aires pretende poner nuevamente en tela de juicio su lealtad a la corona, pero se va a llevar un chasco”.

Todavía no está redactada la pregunta que se va a formular en el referéndum. Pero Gavin Short, presidente de la Asamblea Legislativa de las Malvinas, dijo que se hará de manera que “envíe el mensaje más contundente posible al mundo entero sobre la voluntad de los malvinenses, y destruya de una vez por todas la retórica argentina de que en el fondo nos da igual o somos rehenes del ejército británico”.

Cameron reiteró el respeto de Gran Bretaña al derecho de autodeterminación de los habitantes de las Malvinas (igual que de los de Gibraltar), y criticó las trabas comerciales impuestas por Buenos Aires al archipiélago como forma de presión. En la guerra de 1982 perdieron la vida 255 soldados británicos. Tan sólo 30 de los 3.000 habitantes de las islas tienen pasaporte argentino.

El apoyo de Londres a la consulta quedó claro con la presencia ayer en Stanley, la capital de las islas, del secretario de Estado británico para Latinoamérica, Jeremy Browne. “En los próximos meses, las Falkland (Malvinas) darán su veredicto definitivo sobre su estatus político y el Gobierno británico respetará su decisión, en consonancia con los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, agregó Browne, que representará mañana a Londres en los actos del 30.º aniversario del fin de la guerra contra Argentina.

A la hora de cerrar esta edición, el Gobierno argentino aún no se había manifestado oficialmente sobre el referéndum, aunque es conocida su posición: los kelpers no tienen derecho a la autodeterminación por tratarse de una población “implantada”, según la terminología argentina. El anuncio del plebiscito en este momento no es casual. Mañana la presidenta argentina, Cristina Fernández, comparecerá ante el Comité de Descolonización de la ONU, en Nueva York, para insistir en su reclamación de soberanía sobre las islas.

13-VI-12, R. Ramos/R. Mur, lavanguardia