España cañí -75: en la cola europea en información a la ciudadanía

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Lo he tenido que releer porque la primera vez no me lo he acabado de creer. El próximo año la Seguridad Social pondrá en marcha un sistema de información para los trabajadores por medio del cual les informará de la pensión que acabarán cobrando el día que se jubilen. Dejan claro que la estimación será orientativa -y aquí, por lo tanto, caben todos los espejismos-, pero más vale que sea orientativa que el desconcierto actual de no saber nunca qué será exactamente. La jugada, evidentemente, busca un objetivo que va más allá de simplemente informar. Según el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, la intención del Gobierno español es que los trabajadores sepan qué pueden esperar, llegado el día, para que, así, hagan cálculos y "decidan si quieren completar su pensión con un plan privado o si prefieren aportar más a la Seguridad Social".

Esta información coincide con una nota de Europa Press que explica que España es el Estado de la Unión Europea que más tarda en informar a sus ciudadanos sobre la pensión que recibirán. La administración sólo está dispuesta a informar el año antes de jubilarse, y sólo si se le solicita. Es decir que, si usted tiene sesenta años no puede saber con qué miseria mensual tendrá que sobrevivir desde los sesenta y siete hasta el día en el que entregue su alma al Prodigioso Espagueti Volador. ¿Cómo puede prever, pues, el futuro? ¿Cómo puede saber si tiene que hacerse un plan de pensiones -si se lo puede pagar- y, en caso de que sea que sí, qué tipo de plan tiene que ser? A los franceses, en cambio, les informan a partir de los treinta y cinco años. ¡Y a los suecos desde los dieciocho! Desde el mismo momento que llegan a la mayoría de edad, el Estado sueco les anuncia -también aproximadamente- con qué dinero podrán contar cuando lleguen a la senectud. Y periódicamente les van diciendo los cambios que hay en los cálculos, porque es evidente que el mundo fluctúa y las circunstancias laborales de cada persona no son las mismas esta década que la anterior o la siguiente. Pero al menos alguna cosa saben a lo largo de toda su vida laboral.

Por todos esos motivos es bueno que la Seguridad Social haga lo mismo, tal como ha anunciado el secretario de Estado. Pero fíjense en que, aunque han anunciado que ese sistema de información lo pondrán en marcha el próximo año, luego acaban diciendo que el reglamento que tiene que marcar las pautas -a partir de qué edad y con qué periodicidad recibirán los trabajadores esa información- está "en fase de desarrollo", y ya sabemos que, a menudo, las fases de desarrollo duran tanto que ellas mismas, las fases, acaban envejeciendo poco a poco sin saber qué cobrarán cuando las jubilen en el fondo del cajón donde se dejan las cosas que se olvidan.

3-X-12, Quim Monzó, lavanguardia