suicidio asistido: decidir la propia vida es decidir, también, la propia muerte

Legal desde hace una década, la eutanasia, el derecho a morir de forma digna, es un debate social y político superado en Bélgica. De vez en cuando se conoce algún caso particularmente emotivo, pero ha dejado de ser noticia. La historia de los gemelos Marc y Eddy Verbessem, sin embargo, ha conmovido al país.

(Marc y Eddy Verbessem)

Sordos de nacimiento, cuentan que lo hacían todo juntos. Estudiaron juntos, trabajaban juntos como zapateros, compartían apartamento en la provincia de Amberes... Hace unos años, compartieron un diagnóstico médico que cambió para siempre sus vidas. Padecían una enfermedad ocular degenerativa que, progresivamente, iba a dejarlos ciegos.

Privados ya del sentido del oído, la idea de perder la vista resultaba insoportable para ambos. La enfermedad, que se sumó a otros problemas de salud menores, les abocaba a perder su capacidad de comunicarse entre ellos y con el mundo, además de su autonomía. Hace año y medio, tomaron la decisión de solicitar ayuda médica para morir. Su deseo se vio cumplido el pasado 14 de diciembre, en el hospital universitario de Bruselas (otro, en Amberes, se negó a colaborar). Estuvieron acompañados por sus padres y su hermano. Abordaron el momento “muy serenamente”, ha explicado su médico de familia.

(Debbie Purdy y su marido)

La historia, inédita hasta ahora, ha provocado cierta sorpresa. Es una primicia mundial por tratarse de hermanos gemelos, ha destacado la prensa belga. No es, sin embargo, la primera vez que se autoriza a practicar una eutanasia a dos personas a la vez; son relativamente frecuentes los casos de parejas ancianas que deciden poner fin a sus vidas juntos.

Más extraño es que, aunque la ley lo permite, se autorice una solicitud por sufrimiento psicológico y no físico. Se trata de “un caso particular”, ha explicado al diario La Libre Belgique Jacqueline Herremans, miembro de la comisión federal de evaluación de la eutanasia, pero la petición “responde a los criterios de la ley”.

La solicitud debe hacerse de forma voluntaria, por un mayor de edad y tras una reflexión sobre posibles alternativas; la segunda condición es que haya un sufrimiento, sea físico o psicológico, y la tercera que éste esté causado por una afección grave e incurable, “que también es el caso, actualmente al menos”.

“Muchos lectores y vecinos se preguntarán por qué mis hermanos optaron por la eutanasia. Porque hay muchos sordos y ciegos que llevan una vida ‘normal’. Pero mis hermanos iban de un mal a otro, estaban cansados de luchar”, ha declarado Dirk Verbessem a Het Gazet van Antwerpen.

Bélgica accedió en el 2011 a 1.133 solicitudes de eutanasia; la mayoría eran enfermos terminales de cáncer. Autorizó la práctica en el 2012, junto con Holanda. Luxemburgo, el tercer país de la UE donde es legal, tuvo que reformar la Constitución para sortear la negativa del jefe de Estado, en el 2009, a firmar la ley.

15-I-13, B. Navarro, lavanguardia