"Desafección justificada", M. Dolores García

La desafección que vivimos no es sólo consecuencia de servicios mal prestados o promesas incumplidas, sino también la reacción ante un estamento que se niega a reformar su propia casa mientras regula todo lo demás. Cambiar a fondo la estructura del poder y de la administración parece tarea más titánica que la de bajar las pensiones o subir impuestos a millones de contribuyentes.

El PP y el PSOE son incapaces de acordar unos retoques en la administración para ahorrar un pellizco. Y a CiU le ocurre lo mismo en Catalunya. Y luego se sorprenden de que el ciudadano recele de sus ampulosos proyectos de futuro. Si los grandes partidos españoles no han sido capaces de reformar el Senado en más de 30 años, ¿cómo se va a creer alguien, como propone el PSOE, que la reforma de la Constitución va en serio y que resolverá la insatisfacción de vascos y catalanes? Si CiU o el tripartito no han sido capaces de elaborar una ley electoral catalana por miedo a que se pongan sobre la mesa las listas abiertas, ¿cómo confiaremos en que serán capaces de transitar por un proceso independentista sin provocar un estropicio? Como dicen los abogados, res ipsa loquitur, los hechos hablan por sí solos.

15-I-13, M. Dolores García, lavanguardia