"Ley electoral", Xavier Bru de Sala

¿Qué tiene que ver la ley electoral con la corrupción? Pues mucho, y no de manera muy indirecta, como algunos podrían pensar. La ley electoral española, que aplicamos en Catalunya de forma «provisional» desde hace 30 años, convierte a los diputados en títeres de los que elaboran las listas. En la práctica, los diputados son títeres de las cúpulas de sus partidos, y solo formalmente figuran como representantes del pueblo. ¿Qué tiene que ver con la corrupción? Pues muy sencillo: con un sistema como el que podríamos adoptar en Catalunya, inspirado en el alemán, la mitad de los diputados representarían ante todo su distrito; se deberían en primer lugar a los ciudadanos que les han votado y elegido y solo en segundo lugar al partido que les ha apoyado.

Primero los ciudadanos, segundo el partido. Así, el criterio de fidelidad medieval, de obediencia ciega al de arriba, que impera en los parlamentos del Reino de España, afectaría solo la mitad del Parlamento. La otra mitad estaría en manos de los ciudadanos, que podrían premiar o castigar las iniciativas del diputado de su distrito. ¿No te has rebelado contra la corrupción? ¿No te has rebelado contra la financiación ilegal y el latrocinio que ampara y propicia? Pues el distrito no te vota más. El distrito vota a otro representante que se comprometa a trasladar esta y otras iniciativas o exigencias populares al Parlament.

9-II-13, Xavier Bru de Sala, elperiodico