"La incontinencia verbal", Màrius Carol

 

 

 

Los políticos españoles tienen eso que se denomina incontinencia verbal, seguramente porque la prensa les hemos hecho un caso excesivo, olvidando que los representantes de los ciudadanos deben ser noticia por lo que hacen y no por lo que dicen. En los diarios anglosajones, pocas veces una declaración asciende a los titulares, porque entienden la dialéctica política como algo que forma parte del juego del poder, pero que afecta poco a la vida de los ciudadanos.

En España, la incontinencia alcanza niveles preocupantes. Uno coge el diario y se encuentra en un mismo día a la delegada del Gobierno en Madrid que le suelta a la líder de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas que tiene vínculos con el entorno de ETA sin aportar una sola prueba o al presidente de la Junta de Andalucía que asegura tener la conciencia tranquila en el caso del fraude de los ERE, como si el problema fuera de remordimientos y no de responsabilidades políticas. Si nos remitimos a la historia reciente, podríamos recordar los brotes verdes de los que hablaba la ministra Elena Salgado, la afirmación de José Luis Rodríguez Zapatero de que España tenía el mejor sistema financiero del mundo o las bravuconadas de Aznar, que aseguraba que España crecía más que Alemania olvidando que la mitad del PIB eran las ayudas de los alemanes mediante los fondos europeos. La verborrea, que es la incapacidad del individuo para guardar silencio, es de derechas y de izquierdas, y se considera uno de los rasgos de la incontinencia verbal.

27-III-13, Màrius Carol, lavanguardia