los españoles, los europeos menos informados, menos participativos y que quieren más Estado

Estudio internacional de la Fundación BBVA Values and worldviews, trabajo que examina las percepciones, actitudes y valores de 15.000 ciudadanos de más de 18 años de una decena de países europeos recogidas entre los meses de noviembre del 2012 y enero del 2013.

Poco informados y aún menos participativos

La desconfianza de los españoles en el sistema tiene su origen, principalmente, en la crisis. Pero ¿qué vinculación tiene el ciudadano con el propio sistema? La realidad es que, según se desprende del estudio, los españoles son los europeos menos informados (leer los periódicos es un indicador del vínculo con los asuntos públicos), muy alejados de países como Suecia, Dinamarca, Países Bajos o Alemania. España comparte con Italia, la República Checa o Polonia el escaso asociacionismo (vínculo con la esfera pública), con un 29%, frente a los del norte, que alcanzan entre el 70 y el 90%. Y su escasa participación en la defensa de causas públicas. España sólo destaca por participar en manifestaciones y huelgas a consecuencia de la crisis.

Ni los partidos, ni los políticos, ni la democracia

Los españoles son los europeos, junto con los polacos, con menos afiliados a partidos políticos. Lo que no implica que un 44,3% simpatice con alguna formación, sobre todo los mayores de 65 años que se declaran de derechas. A más juventud, el vínculo con los partidos políticos y sus representantes es menor. Esta distancia con los partidos se traduce en que los españoles (junto con los italianos) son los europeos que valoran menos el funcionamiento de sus democracias, entre otras cuestiones porque creen que no tienen influencia en las decisiones políticas.

El paro y los asuntos económicos

En todos los países predomina la percepción de que la economía internacional está atravesando una crisis grave, pero la intensidad de la percepción de la gravedad varía entre países. Los italianos y los españoles tienen una percepción más acentuada de la gravedad de la crisis económica, sobre todo, nacional: más de la mitad la percibe como “muy grave” (en España, 7 de cada 10 personas). Este porcentaje se sitúa en torno al 10% en Suecia y Alemania.

Los principales responsables de la crisis

Los europeos distribuyen la responsabilidad de la crisis en un amplio conjunto de grupos e instituciones, entre los que destacan los políticos, los bancos, los gobiernos nacionales, los dirigentes de la UE, las compañías financieras y las agencias de calificación. Los españoles destacan de la media europea por adjudicar mayor responsabilidad en la crisis a las empresas constructoras. En cuanto a las medidas, el 39% de los europeos se inclina por hacer ajustes con el fin de cuadrar las cuentas públicas, mientras que el 40% cree que es mejor mantener o aumentar el gasto para estimular el crecimiento. Los españoles quieren que crezca el gasto público en sanidad (78%); en atención a discapacitados (75%), mayores (73%) y parados (69%); en educación (65%) y en investigación científica (62%).

Menos gasto en ocio, alimentación y menos ahorro

Los españoles (73%) son los europeos que se declaran más afectados personalmente por la crisis. Checos, italianos, británicos, polacos, franceses y, en menor medida, los holandeses se sienten “muy” o “bastante” afectados por la crisis económica. La mayoría de los europeos –y de nuevo los españoles los que más– ha desarrollado nuevos hábitos de consumo frente a la crisis. En concreto y entre los españoles, las medidas adoptadas son comprar productos de marca blanca (75%), reducir los gastos en ocio (73%) o reducir el gasto en alimentos (53%). Además, un 51% tuvo que recurrir a sus ahorros para cubrir gastos del hogar.

Existe la percepción ampliamente compartida en Europa respecto a que el Estado debe tener un papel muy activo en el control de la economía y el Estado de bienestar: predomina claramente la preferencia por un amplio sistema de seguridad social, aunque ello suponga pagar impuestos altos (las rentas alta), antes que un sistema de seguridad social limitado con impuestos bajos. En España se acentúa esta preferencia (el 81% frente al 66% en Europa), según el estudio internacional de la Fundación BBVA Values and worldviews. La responsabilidad que le atribuyen al Estado excede los servicios propios del Estado de bienestar. La preferencia por un papel activo del Estado en la economía se plasma en la responsabilidad que se le atribuye en un conjunto amplio de servicios (cobertura sanitaria y pensiones) y en el control de algunas cuestiones económicas (beneficios a empresas, precios, etcétera). Los españoles destacan por una demanda más extendida que el promedio europeo.

5-IV-13, C. López, lavanguardia