España cañí -106: las dificultades de la estupidez autocomplaciente

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Algarinejo es un municipio granadino, en la comarca de los Montes. Tiene unos 3.500 habitantes y limita con la provincia de Córdoba, concretamente con Iznájar, pueblo natal del senador José Montilla. El topónimo es árabe y significa “las cuevas”. Hace unos días, Algarinejo protagonizaba una noticia de Europa Press: “El Ayuntamiento ha aprobado el cambio de nombre de la calle Mahatma Gandhi a petición de un grupo de vecinos de la urbanización donde está la vía, porque es ‘difícil de escribir’”. Suerte que emplearon el nombre popular ( mahatma quiere decir alma grande) y no el nombre completo: Mohandas Karamchand Gandhi.

La historia granadina me recuerda otra de Mallorca, que me cuenta el cronista de Palma, Bartomeu Bestard. Hace unos años, el Ayuntamiento dedicó una calle a Friedrich Hölderlin. Al lado de Mahatma Gandhi, está claro que el grado de dificultad a la hora de pronunciar el nombre del poeta romántico alemán es bastante más alto. Para colmo, en el número 8 de esta calle está la comisaría de policía donde los ciudadanos van a expedir y renovar el carnet de identidad. Se trata de una calle conocida y a menudo mencionada en trámites y conversaciones. Las quejas de vecinos y visitantes por la dificultad de la pronunciación hizo que el consistorio decidiera recuperar el nombre anterior, Ruiz de Alda, pero como era un piloto falangista, ahora se llama calle de Simó Ballester, lo Tort.

15-IV-13, M. Camps, lavanguardia