España cañí -109: valenciano, lapao, lapapyp... cuando los Gobiernos hacen ingeniería lingüística

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Lapao (lengua aragonesa propia del área oriental) y lapapyp (lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica) serán las denominaciones oficiales del catalán y el aragonés que se habla en esas zonas. Las Cortes de Aragón aprobarán mañana la nueva ley de lenguas, en la que desaparecen el catalán y el aragonés como lenguas propias de la comunidad. El lapao y el lapapyp serán regidos por una academia, única para ambas lenguas.

8-V-13, M. Sasot, lavanguardia

La imaginación al poder de las redes sociales ha vivido un momento estelar con el lapao, que la señora Rudi quiere aprobar, en su triste intento de despreciar al catalán. A partir de ahora, pues, y gracias al integrismo ideológico, pero también a la completa falta de sentido del ridículo, el catalán hablado en Aragón se llamará “lengua aragonesa propia del área oriental” (lapao), lo cual abre la veda a todo tipo de definiciones, a cual más estrafalaria. Por ejemplo, un tuitero proponía dos definiciones más, el lapapyp, que sería la “lengua aragonesa propia de las áreas pirenaicas y prepirenaicas”, y el lapolla, “lengua aragonesa propia de otros lindos lugares de Aragón”. Haciendo extensiva la cosa al castellano de Miami, por ejemplo, Obama podría proponer el lepam, o “lengua estadounidense propia del área meridional”, y en Catalunya al castellano le llamaríamos ipaop, cuya versión en lapao sería “idioma propi de l’àmbit occidental de la Península”.

Al mismo tiempo deberíamos revisar algunos conceptos y así, por ejemplo, la magnífica novela de Jesús Moncada Camí de sirga no estaría escrita en catalán sino en lapao, lo cual es extraordinario porque Jesús pensaba que escribía en un idioma que nunca aprendió.

También se resentirá la gastronomía, y así a la crema catalana se le dirá “crema lapao”, y si se trata de política, el bueno de Duran Lleida tendrá un motivo para explicar su actual desconcierto, no en vano al hablar en lapao sus compañeros convergentes no lo entienden.

La industria editorial vivirá un día grande, porque se pedirán miles de ejemplares del nuevo diccionario lapao-catalán-lapao, y así podremos saber que finestra en catalán se llama finestra en lapao, y lo mismo pasa, curiosamente, con otros millones de palabras más. Es lo que tiene el espíritu imperialista de Catalunya, que hasta clonifica otros idiomas. Y en suma, los simpáticos habitantes de la Franja habrán vivido durante casi mil años hablando un idioma que resulta que no existía en su territorio, lo que los convierte en personas realmente despistadas.

8-V-13, Pilar Rahola, lavanguardia