"Antes íberos que catalanes", Magí Camps

En el mundo de las lenguas, el Partido Popular acaba de hacer un descubrimiento extraordinario, un hallazgo que hará reescribir los tratados de historia de las lenguas, que hace tambalear el indoeuropeo y que ensombrece el vasco, que podría dejar de ser la más antigua de las lenguas europeas occidentales. Los lingüistas ya sabemos que estos temas sólo interesan a cuatro locos y por ello nadie se ha sorprendido de que el descubrimiento del PP valenciano no haya aparecido en todas las portadas de los diarios españoles.

Dice la nota de Europa Press que la lengua valenciana “parte, sin duda, de la más profunda prehistoria, se escribe ya desde el siglo VI a.C. con el lenguaje ibérico y, después de las aportaciones sucesivas a partir de las fenicias, griegas y latinas, ha llegado a nuestros días en la forma en la que la conocemos”. Cuán equivocados estaban aquellos valencianos que, en los años ochenta, con fe ciega en los mismos políticos que ahora han encontrado el origen íbero de la lengua que hablan, gritaban: “Valencians, abans moros que catalans!”.

A los del gremio nos gustaría saber el nombre de los insignes lingüistas que han dirigido las investigaciones para proponerlos para el premio Nobel, porque los medios de comunicación han relegado la noticia a un breve y algunos, incluso, han cuestionado su validez. Yo no lo pongo en duda, en absoluto, porque la información está avalada por el Partido Popular, la formación política con mayoría absoluta en el Ejecutivo español y que gobierna la Comunidad Valenciana desde la época en que querían volver a ser moros. Por lo tanto, un partido con responsabilidades de gobierno nunca engañaría a nadie con informes pseudocientíficos que pudieran esconder intenciones políticas xenófobas.

El PP pide a la RAE que el diccionario recupere la definición de valenciano que no lo vinculaba al catalán; es la del año 1959, cuando España llegaba a su vigésimo año de paz por la gracia de Dios. Espero que los académicos de la lengua española, principales responsables de las lenguas no españolas según se deduce de la solicitud, den rápida respuesta, tal como ya han hecho admitiendo –quien calla otorga– el lapao y el lapapyp.

La mayor alegría es que, ahora que los gobernantes saben que el valenciano es una lengua de “decenas de miles de años” de antigüedad, ya no la reducirán a ámbitos folklóricos, ni la minorizarán de manera vergonzosa como han hecho hasta la fecha.

Nota: Si algún valenciano ha leído este artículo en versión catalana y lo ha entendido, tiene superpoderes.

24-VI-13, Magí Camps, lavanguardia