el sistema político está en quiebra (¿nosotros también?)

Ni la Generalitat, ni el Gobierno español, ni el Ayuntamiento de Barcelona, todos presentes en el consorcio del Palau de la Música, detectaron el desvío de fondos públicos para pagar faraónicas obras en las viviendas o viajes a la Polinesia de Millet y su fiel escudero Jordi Montull, ni tampoco la desaparición de fondos en billetes de 500 euros desde una sucursal bancaria. Hasta 32 millones.

El Parlament quería saber y escuchó al entonces presidente del Liceu y contador del Orfeó, Manuel Bertrand, diciendo que nadie cuestionó nada; al interventor general de la Generalitat, Josep Maria Portabella, que nunca sospechó cómo desaparecía el dinero público; la síndica de cuentas Montserrat de Vehí, que se lo olió ¡en 1984!, siendo secretaria general de Cultura. De Vehí fue después responsable del informe de la Sindicatura que alertaba del descontrol contable en el 2000, pero al que los partidos no hicieron ningún caso. El documento se envió al Tribunal de Cuentas en el 2003, pero no se tradujo al castellano hasta el 2008. Hace tres años de la comisión de investigación y no hay ninguna autocrítica por la quiebra del sistema de control público.

30-VII-13, I. Ellakuría, lavanguardia