el Instituto de Ciencias Fotónicas, excepción excelente, modelo a imitar

El Institut de Ciències Fotòniques es el primero del mundo en el ámbito de la física y la astronomía según un nuevo ranking mundial, el Mapping Scientific Excellence. Está en el número uno de una lista en la que en los 20 primeros puestos aparecen otras dos instituciones de investigación catalanas, el Icrea y el Institut de Física d’Altes Energies, y otros quince centros estadounidenses, uno canadiense y uno alemán. Y no parece una casualidad que los tres catalanes compartan modelo: buscan financiación privada o pública internacional para llevar a cabo investigaciones que impactan en la vida real de los ciudadanos. Y a científicos de todo el mundo con los talentos más atrevidos y excelentes que pueden fichar. Por el de Institut de Ciències Fotòniques, con sede en un moderno edificio de Castelldefels, pululan 300 investigadores treintañeros de una treintena de países. Lo que hacen es muy valioso para muchos otros científicos de todo el mundo. En eso se basa su éxito.

El Institut de Ciències Fotòniques es el primero del mundo por la capacidad de impacto de sus trabajos en el área de la Física y la Astronomía. El instituto, que lleva a cabo investigaciones punteras sobre aplicaciones del grafeno en móviles y cámaras, sobre nuevos materiales en energía fotovoltaica o en nanomedicamentos para diagnósticos tempranos en cáncer es este año el número uno del mundo, según un nuevo ranking de excelencia científica, el Mapping Scientific Excellence. La lista la elaboran investigadores de la Max Planck Society, el Instituto de Tecnología de Suiza y la Universidad de Granada.

“Ser el primero del mundo quizá sea un poco producto de la casualidad, porque va de décimas, y quizá el año que viene estemos los terceros, pero sí reconozco que lo que hacemos tiene impacto en el mundo, que los demás consideran nuestro trabajo muy valioso y que estamos en el grupo de cabeza”, explica su director Lluís Torner. “Y lo que es brutal es que estemos tres centros catalanes en la lista de los primeros: el Icrea, el tercero, y el Institut de Física d’Altes Energies de la Autónoma, en el puesto 18”, señala Torner. En medio, todo centros de Estados Unidos y uno de Canadá.

El Icfo, situado en el campus de Castelldefels, está vinculado a la Politècnica; el Icrea (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) es una fundación sin muros, que contrata investigadores de excelencia de todo el mundo que se integran en equipos de las diferentes universidades, y el IFEA, dedicado a física de partículas, está adscrito a la Universitat Autònoma. Y todos ellos comparten modelo de funcionamiento.

El éxito científico y como institución que proclama este primer puesto mundial del Icfo es un indicador de presente, asegura su director, no la secuela de los años de bonanza. “Nuestro éxito nunca ha estado basado en recursos de la Administración, porque los conseguimos de fuera y de forma muy eficaz. Por cada euro del gobierno, conseguimos dos de recursos privados y públicos europeos. Triplicamos. Y aunque haya recortes, seguimos hacia delante con inversiones privadas como las de la fundación Cellex”.

Sus líneas de investigación –hay unos 300 investigadores en estos momentos en el instituto de Castelldefels, procedentes de una treintena de países– pretenden siempre un fuerte impacto en el desarrollo científico. “Es nuestra vocación, hacemos cosas que puedan llegar a todo el mundo o cosas que interesen mucho a una empresa”, describe Lluís Torner.

En el campo de las energías renovables, por ejemplo, trabajan sobre nuevos materiales para la energía fotovoltaica, aquella capaz de captar y transformar la del sol de forma muy eficiente. Otra de las áreas especialmente potentes en estos momentos es el estudio de aplicaciones del grafeno en tecnología de cámaras, móviles y vídeo, un mineral en el que la Comisión Europea vuelca mil millones de inversión para los próximos diez años. Parte en el Icfo. Otra faceta es el desarrollo de nanomedicamentos en asociación con otros centros de investigación médica. De esa colaboración saldrán nuevas herramientas para el diagnóstico precoz de determinadas formas de cáncer.

“Tenemos gente espectacular”, resume con orgullo Torner. “Talentos de 30 o 31 años ¡con unas ganas!”. En sus once años de vida han logrado doce premios del Consejo Europeo de Investigación.

10-VIII-13, A. MacPherson, lavanguardia