"Justicia para un final con vencedores y vencidos" es un oxímoron

     La sentencia del Tribunal de Estrasburgo anulando la doctrina Parot y el acatamiento de esta resolución por parte del Gobierno español está produciendo, como quizás no podía ser de otra manera, algo más que una fisura entre el Partido Popular y las víctimas del terrorismo, sobre las que ha ejercido estos últimos años una tutela importante. La formación conservadora acoge en esta cuestión, como es sabido, sensibilidades entre las que media un abismo –siempre desde el apoyo a las víctimas–, y no son pocos los dirigentes del partido que, bien en público, bien en privado, han defendido que el fallo de Estrasburgo no se debía acatar en aras de una mal entendida soberanía nacional. Para este domingo, las asociaciones de víctimas del terrorismo han convocado una manifestación en Madrid para protestar contra la sentencia del tribunal europeo, y allí estará también el PP. O una parte del PP; no el Gobierno popular, que la ha acatado, sino otros populares que, al no estar en el Ejecutivo, tienen –o creen tener– más autonomía política. También estarán los que siendo del PP están en contra de la política antiterrorista que practica Mariano Rajoy y, en general, contra el liderazgo del presidente del partido. Decía ayer con acierto el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, entrevistado por Ernesto Sáenz de Buruaga en la cadena Cope, que tras la sentencia del Tribunal de Estrasburgo contra la doctrina Parot los demócratas debíamos ganar la batalla del relato. Y esa batalla pasa en buena medida por explicar la única verdad: que el final de ETA ha llegado cuando los terroristas no han podido seguir matando. Pero eso dista mucho del lema de la manifestación del domingo: “Justicia para un final con vencedores y vencidos”.

25-X-13, José Antich, lavanguardia

Una de cal y otra de arena. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que había guardado silencio desde el lunes sobre la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que anula la doctrina Parot, se puso ayer del lado de las asociaciones de víctimas del terrorismo más conservadoras rechazando el veredicto de Estrasburgo: “La sentencia no me gusta nada. Es injusta y equivocada”. Una posición que a las víctimas no les basta, porque Rajoy apostilla un pero: “La regla básica del sistema democrático es que hay que respetar y acatar las sentencias de los tribunales”.

Los reproches de las víctimas tras su reunión con el presidente el miércoles hicieron insoportable la ausencia de los populares en la concentración del domingo –que recuerda a las que se organizaron con el PP contra la política antiterrorista de Zapatero–, y el PP decidió sumarse a la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Una vez anunciada, y dada la división que se estaba materializando en el seno del partido –con dirigentes como Ignacio González, Ana Botella o Esperanza Aguirre, que habían anunciado su asistencia–, la dirección popular tenía poco margen para no romper el frágil equilibrio que mantiene en su relación con las víctimas desde que llegó al Gobierno y no reabrir heridas en el PP por la lucha antiterrorista. La decisión la anunció a primera hora de la mañana la dirección del PP en un comunicado y la ratificó Rajoy a su llegada al Consejo Europeo, en Bruselas: “El Gobierno tiene que estar en su sitio, apoyando a las víctimas, pero no va a estar como Gobierno, sí como partido, en la manifestación”. La decisión de acudir a la concentración la tomaron los populares tras asegurarse de que el lema era asumible por el Gobierno, porque no hace referencia a la sentencia de Estrasburgo.

“Justicia para un final con vencedores y vencidos”, será el lema de la pancarta detrás de la cual se colocará el PP. Pero, aunque se ha sumado, su presencia no será al máximo nivel: no acudirán ni Rajoy ni su número dos, María Dolores de Cospedal. La representación oficial del partido recayó en Esteban González Pons. Se consideró su idoneidad por la relación con las asociaciones de víctimas, que tuvo durante la existencia del pacto antiterrorista, y su condición de presidente de la comisión de Interior del Congreso. Una vez conocida la decisión, los otros dos vicesecretarios, Javier Arenas y Carlos Floriano, y el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, anunciaron que también estarán en la madrileña plaza de Colón. El apoyo del PP a la concentración de la AVT, aunque no es convocante, no es simbólico. En su comunicado, la dirección del PP “anima a todos los militantes y simpatizantes del partido a que acudan a la manifestación a favor de la justicia con las víctimas del terrorismo”. La justificación es que el PP “como siempre ha estado, está y estará al lado de las víctimas del terrorismo”. Y por eso el domingo participará en la marcha, para reivindicar la memoria y la dignidad de las victimas del terrorismo ante el fallo del TEDH. Será la primera convocatoria de las

víctimas del terrorismo a la que asista el PP desde que está en el poder. La última a la que había asistido fue en mayo del 2011, contra el fallo del Tribunal Constitucional que avaló la presencia de la izquierda abertzale en las elecciones municipales, lo que supuso el regreso de Bildu a las instituciones. Los populares acuden en un intento de que los lazos con las asociaciones de víctimas más cercanas no se rompan. Ya estaban maltrechas desde que en agosto del 2012 el juez decretó la libertad del etarra Bolinaga, enfermo de un cáncer incurable, aunque no terminal, después de que el Ministerio del Interior le concediera el tercer grado y pidiera la libertad por su estado de salud. Las víctimas entonces criticaron, y mucho, al ministro del Interior, Jorge Fernández, que justificó la actitud del Ministerio en que no podía hacer otra cosa, lo que fue discutido por otros dirigentes populares, como Esperanza Aguirre.

Ahora, el PP corría el mismo peligro, como se vio en las palabras de la presidenta de la AVT, el miércoles tras su entrevista con Rajoy. Ángeles Pedraza, que acusó a “jueces, políticos y todo el mundo que ha cometido estas injusticias”, sin hacer distinciones. Eso es lo que se teme el Gobierno, que la marcha se convierta en una protesta contra la política antiterrorista que tanto pesa en el electorado conservador y que el PP deje de ser el referente de las asociaciones de víctimas mayoritarias que tanto se movilizaron por el PP.

25-X-13, José Antich, lavanguardia