el PSOE, un juguete en manos de la UPyD de Rosa Díez

En treinta años, el PSC ha roto dos veces la disciplina de voto del PSOE en el Congreso, y las dos por el derecho a decidir. Una moción de UPyD sobre “la falacia del derecho a decidir” propició esa nueva ruptura interna. Tal como sucedió durante las resoluciones del debate sobre el estado de la nación, el pasado 26 de febrero, los diputados del PSC se negaron a votar esta vez a favor de una moción del partido de Rosa Díez que rechazaba de forma explícita el derecho a decidir de Catalunya. “El Congreso proclama que, bajo ningún concepto, una parte de la ciudadanía puede decidir sobre la organización territorial del Estado excluyendo al resto de esa decisión”, reza el texto que acabaron apoyando PP y PSOE.

Desde primera hora de la mañana se vio que la moción defendida por Rosa Díez estaba inequívocamente envenenada. Redactada para negar el derecho a decidir sobre su futuro político por parte de cualquier autonomía, el texto establecía de forma explícicomenzaron a virar hacia el sí, bajo presión de destacados miembros de la vieja guardia, entre ellos, los dirigentes andaluces Alfonso Guerra y Manuel Chaves. No importó que, tal como habían previsto, Rosa Díez rechazase de plano su enmienda. Las presiones de los barones territoriales se incrementaron a medida que transcurrían las horas hasta que, pasadas las nueve y media, la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, confirmaba que el PSOE votaría a favor de la moción y, por tanto, en contra del derecho a decidir.

Fuentes del PSC no ocultaban su sensación de haber sido traicionados por la dirección del gruta el respaldo a los artículos 1.1 y 1.2 de la Constitución española. De esta forma, quien votase en contra de la moción lo estaría haciendo en contra de la propia Constitución. De sobra sabía Díez que su propuesta sería especialmente incómoda para las diferentes sensibilidades del PSOE.

No obstante, esas circunstancias no fueron obstáculo para que, desde primera hora de la mañana, los socialistas marcasen distancias. “Nadie nos tiene que decir a nosotros si apoyamos o no un artículo de la Constitución; los apoyamos todos”, defendían miembros de la dirección del grupo socialista en conversaciones con los periodistas. Desde la tribuna de oradores, el diputado asturiano José Ignacio Sánchez Amor defendía horas más tarde con vehemencia esa misma postura: “Nosotros nos reafirmamos en todos los artículos de la Constitución”.

En línea con esa estrategia, el grupo que preside Alfredo Pérez Rubalcaba había registrado por la mañana una enmienda en la que, además de respaldar la Constitución, se proponía una reforma encaminada hacia la formación de un Estado federal, que es la que abanderan desde Ferraz. La dirección socialista tenía muy claro a esa hora que UPyD no podría aceptarla, lo cual les proporcionaría la coartada perfecta para abstenerse en la votación. Así lo había pactado la dirección del grupo con los responsables del PSC en Madrid.

Sin embargo, a medida que avanzaba la tarde, los socialistas po al que pertenecen. “Nosotros hemos mantenido nuestro compromiso por la abstención, son ellos los que han cambiado sin ofrecer ninguna explicación”, comentaban enojados.

La anterior ruptura de voto supuso una multa para los diputados del PSC y la salida de José Zaragoza de la dirección del grupo socialista. Hace sólo unas semanas, dando por superada la crisis, su puesto fue ocupado por Francesc Vallès, excoordinador de los parlamentarios del PSC.

30-X-13, L. Izquierdo, lavanguardia