el electoralismo ha sustituído la ideología, y las encuestas los principios

Hace tiempo que los dirigentes del PSOE traicionaron los valores de las clases populares y medias y cedieron al dictado de los poderosos para blindar sus propios privilegios de casta. Olvidaron la justicia, la igualdad y la libertad de los pueblos y las personas, para acomodarse a un radicalismo verbal al servicio de reclamaciones elitistas y minoritarias. Desde entonces, están en decadencia y navegan desnortados, sin programa y sin ideas, a remolque de la lógica ultraliberal y unitarista que el expresidente Aznar, la FAES y la caverna mediática han impuesto a la política española.

Para librarse del seguidismo, de vez en cuando los socialistas organizan una catarsis colectiva, suben el tono del izquierdismo formal y se buscan algún enemigo que los aglutine. Pero hace tiempo que no ponen sobre la mesa ninguna propuesta real al servicio de los ciudadanos que aguantan el peso del país y de la crisis...

El PSOE representaba el ascensor social. En el pasado, garantizó la recompensa al esfuerzo individual y colectivo de las clases populares, asegurando su acceso a la plena ciudadanía. Las clases medias, por su parte, descubrieron en la socialdemocracia un instrumento de modernización y de homologación europea. Pero los dirigentes socialistas sustituyeron los valores populares por el clientelismo, la protección de los amigos, el corporativismo de partido, la ostentación y el conformismo. El cálculo electoral ha suplantado a los principios; las encuestas han arrinconado las convicciones.

15-XI-13, Rafael Nadal, lavanguardia