música, sí, por favor; martirizar a los vecinos, no, por lo que sea

Cristina, Max y Joan Carles tratan de guardar sus notas para sí. Los tres son músicos, estudiantes del grado superior en el Taller de Músics, y comparten piso en Barcelona. Sus vecinos, sin embargo, no los han escuchado tocar todavía. Cristina prefiere no desenfundar su saxo tenor en este piso de alquiler del barrio de Sant Andreu. "Me da apuro, se escucha mucho y no quiero molestar a nadie, así que prefiero practicar en la escuela", explica después de una clase. El Taller de Músics pone a disposición de sus alumnos salas de ensayo. El miércoles Cristina había reservado una junto a dos compañeros. "Practico unas tres o cuatro horas al día, depende del tiempo que tenga", cuenta. En cambio, en casa de sus padres sí tocaba alguna de esas baladas jazz que tanto le gustan, o quizás algún tema de Dexter Gordon o John Coltrane, dos de sus músicos preferidos. "Nunca hubo problemas con los vecinos, incluso se asomaban a la ventana para escucharme", afirma. El caso de Laia Martín, sin embargo, le ha impresionado. "Prefiero evitar problemas y buscar otros lugares para ensayar", reconoce. Max toca el piano y en este piso que comparte con sus compañeros del Taller de Músics practica sin que nadie se entere. "Tengo un piano eléctrico y me pongo los auriculares, así no molesto", cuenta. El piano de cola lo toca en casa de su madre, donde tampoco ha vivido conflicto alguno. "Cuando practico allí me pongo unas normas, siempre paro antes de las diez de la noche, por ejemplo", dice Max. Las baterías suelen ser los instrumentos que más se escuchan, y los que más problemas suelen acarrear. Es lo que toca Joan Carles, el tercer compañero de piso. Pero también existe solución para practicar en casa sin hacerse notar: baterías eléctricas -con auriculares- o bases para la técnica de brazos -no suenan-.

La sala de ensayo donde tocaban el miércoles los tres chicos está justo encima de una biblioteca. Los usuarios de esta, sin embargo, no notan que comparten edificio con el Taller de Músics. Toda la escuela ha sido insonorizada. Lluís Cabrera, su director, asegura estar muy sorprendido con el caso de la pianista de Puigcerdà: "no sé como se puede llegar a tal falta de entendimiento". Cabrera cree que los músicos se pueden sentir desprotegidos al ver esto. Aún así, asegura que los estudiantes no suelen tener grandes dificultades para practicar en casa. "En algún caso más problemático, sobre todo con baterías o contrabajos, hemos recomendado al alumno que insonorice la habitación, y el asunto se soluciona en un solo día", afirma.

Un estudiante de piano de grado superior debe estudiar una media de tres a cinco horas diarias, en la especialidad de música clásica, para ir bien, explica Jordi Camell, profesor de piano y jefe del departamento de Música clásica y contemporánea de la Esmuc. Las horas de ensayo dependen del instrumento y de la habilidad del alumno. Aunque ningún profesor considera positivo alargar las prácticas demasiado. "Tocar siete u ocho horas diarias puede ser contraproducente, produce mecanización en la interpretación y riesgo de lesiones", dice Estapé. Tanto el Conservatorio del Liceu como la Esmuc cuentan también con salas de ensayo para sus alumnos. "De una forma u otra, todo el mundo acaba ensayando lo que necesita", sigue Camell. Este pianista y ahora profesor, recuerda cómo en su primera vivienda en Barcelona, tuvo que insonorizar la habitación donde practicaba. "El vecino de abajo vino a verme al mes de instalarme y me dijo: 'me gusta mucho la música, pero no puedo más', así que puse remedio", recuerda. Insonorizar de forma adecuada una habitación cuesta entre 15.000 y 20.000 euros...

¿La música, pues, contamina? Puede llegar a ser molesta, muy molesta, en determinadas condiciones, reconocen en el sector de las escuelas. Pero la pena de prisión para una familia es visto como algo fuera de lugar. Sería muy sorprendente, dicen, que las notas de un piano tengan consecuencias penales mayores que un vertido ingente de chapapote.

17-XI-13, M. Gutiérrez, lavanguardia