esclavitud y muerte para los trabajadores del Mundial de Fútbol 2022

Las obras para el Mundial de fútbol del 2022 se han cobrado la vida de decenas de trabajadores inmigrantes de Nepal, según una investigación llevada a cabo por The Guardian y publicada ayer por el diario británico en su edición digital. Los nepalíes, varios miles y el mayor grupo de obreros inmigrantes por nacionalidad, sufren un trato abusivo y denigrante próximo al esclavismo, denuncia el diario. Además, 44 de ellos murieron entre el 4 de junio y el 8 de agosto, más de la mitad por fallo cardiaco o accidente laboral. Algunos se quejaron de que no se les daba agua en el calor del desierto; otros no han cobrado durante meses, por lo que han tenido que mendigar comida; duermen hasta doce personas en una habitación, por lo que muchos enferman, y se les han confiscado sus pasaportes sin darles un documento de identidad a cambio. Una treintena ha buscado refugio en su embajada en Doha. Estos inmigrantes están atrapados en deudas por lo que pagaron por llegar desde uno de los países más pobres del mundo a uno de los más ricos y, señala The Guardian, la suma de todas estas condiciones da como resultado que se puedan considerar como trabajos forzados.

26-IX-13, lavanguardia

    El diario británico The Guardian ha publicado esta semana una serie de artículos y vídeos sobre Qatar. Informan del trato que reciben los inmigrantes que construirán las infraestructuras del mundial de fútbol del 2022. Los artículos usan un lenguaje muy duro: esclavitud, horribles abusos, trabajos forzados, explotación.

Qatar es un país pequeño y rico en el que viven 1,7 millones de personas, pero sólo 250.000 de ellos son ciudadanos; los demás son inmigrantes. Más de medio millón se dedica a la construcción. The Guardian se centra en los de Nepal e India. Según los testimonios recogidos por el periódico, antes de emigrar firman contratos para trabajar por 450 euros mensuales y se pagan el viaje con un crédito.

Cuando llegan a Qatar, les rompen el contrato, les quitan el pasaporte y les mandan firmar otro por 180 euros mensuales, pero les retienen el sueldo durante meses o directamente no les pagan para que no puedan huir. Viven en campos de trabajo insalubres -las imágenes son aterradoras-, los fuerzan a trabajar 12 horas bajo temperaturas por encima de los 40 grados, les niegan el acceso gratuito al agua y los más débiles mueren. Según la embajada, este verano ha muerto un nepalí por día. La mayoría, de "accidente" o de "parada cardiaca", aunque al no practicarse autopsias se entiende que son eufemismos genéricos. Los sindicatos internacionales estiman que hasta el mundial morirán 4.000 obreros. "Las denuncias sugieren una cadena de explotación que va de los pueblos depauperados de Nepal hasta los líderes de Qatar", dice The Guardian.

   The Guardian no es un diario cualquiera -quiere ser el The New York Times de Europa- y esta información enseguida ha generado respuestas de las constructoras occidentales que tienen la concesión del mundial, de la FIFA y del gobierno de Qatar. Las constructoras dicen que sus empleados están bien tratados, la FIFA pide una investigación y el gobierno de Qatar cita la ley, afirma que hará inspecciones y cuando The Guardian les pregunta: "¿Por qué tantos jóvenes nepalíes mueren de ataque cardiaco?"; responden: "Esta pregunta habría que dirigirla a las autoridades médicas relevantes o al gobierno de Nepal". Nada de esto es nuevo, ni exclusivo de Qatar. Human Rights Watch hace años que denuncia que las leyes de esta dictadura son benévolas para seducir Occidente, pero nunca se aplican. El periodista Jordi Évole ya explicó cosas parecidas.

No quiero discutir ahora si los 30,5 millones de este año, los 32 de la temporada que viene y los 33,5 de la 2015-16 del contrato entre las autoridades de Qatar y el Barça compensan. Tampoco apelo a la moralidad del patrocinio. Me conformo con recordar que el vicepresidente Faus dijo que el acuerdo era "un valor añadido para nosotros" y "nos ayudará mucho a nivel de marketing" porque se ve que los nombres del Barça y de Qatar saldrán publicados juntos en anuncios de los diarios más prestigiosos del mundo. Que no se olviden de The Guardian.

86-IX-13, Jordi Graupera, lavanguardia