María del Rosario Fuentes, o el exterminio del periodismo cívico mexicano

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La brutalidad del crimen organizado se cobra otra vida en México, mientras las protestas se multiplican exigiendo al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto que localice a los 43 estudiantes desaparecidos en el estado de Guerrero tras un ataque policial. La víctima es María del Rosario Fuentes, médico e integrante de un colectivo de periodistas ciudadanos de Tamaulipas dedicado a informar sobre la localización exacta y en tiempo real de los hechos de violencia que suceden cotidianamente en la zona.

Fuentes, que había recibido varias amenazas de muerte, fue secuestrada el 16 de octubre por un hombre armado, presumiblemente un sicario de una de las mafias que actúan en la región. Su cuerpo no había sido localizado, pero sus verdugos colgaron una foto de su cadáver en la cuenta de Twitter @Miut3, desde la que exponía la acción de los cárteles firmando con el seudónimo Felina. La imagen iba acompañada de un último mensaje: "Cierren sus cuentas, no pongan en riesgo a sus familias como yo lo hice, pido perdón".

La tuitera administraba en Facebook la página del colectivo ValorporTamaulipas, con más de 500.000 seguidores, abocada a proporcionar información puntual sobre los incidentes de violencia en Tamaulipas, en la frontera con Estados Unidos. La región permanece bajo control de dos cárteles en pugna, los Zetas y el Golfo, que tienen amordazados los medios tradicionales, de manera que las redes sociales se han convertido en el único canal de información independiente. Tiempo atrás, el crimen organizado ofrecía 48.000 dólares a quien identificara al administrador de ValorporTamaulipas.

25-X-14, E. Sabartés, lavanguardia