Turquía, padrino del Estado Islámico

Por si alguien se preguntaba a qué dedicaban el tiempo los hombres del Estado Islámico en Mosul antes de que comenzara la batalla, aparte de cortar manos a los ladrones y lapidar mujeres, ya tenemos la respuesta. La organización ha creado una industria de armamento casi tan sofisticada, reglamentada y eficiente como la que sirve a cualquier ejército regular. Ninguna guerrilla, ningún grupo insurgente del mundo ha llegado nunca a tal grado de capacidad.

“El grado de organización, control de calidad y manejo de sus stocks indica que se trata de un sistema de producción industrial complejo y centralizado”, dice un informe recién publicado por Conflict Armament Research (CAR), una fundación financiada por la Unión Europea y la Cooperación alemana cuyos investigadores acompañaron al ejército iraquí en su avance hacia Mosul entre el 11 y el 16 de noviembre, y encontraron seis centros de producción y almacenamiento de armas y municiones en Qaraqosh y Gojiali, a las puertas de la ciudad.

El hallazgo consiste en más de 5.000 cohetes y proyectiles de mortero y las instalaciones para fabricarlos, de forma artesanal pero bajo criterios profesionales que incluyen control de calidad e incluso etiquetado.

turkey-ISISEn muchos aspectos, la producción de armas del EI se parece a la de cualquier industria militar, incluidos los medios para el almacenaje y transporte, en cajas y palés de madera construidos especialmente, y la pintura verde oliva para los proyectiles. Además, documentos del EI a los que CAR ha tenido acceso muestran cómo sus combatientes son instruidos en el manejo de explosivos y armas anticarro.

Desde que comenzó la ofensiva sobre Mosul, el 17 de octubre, los vehículos cargados de explosivos y conducidos por suicidas –decenas de ellos en una sola jornada– han sido la pesadilla del ejército iraquí. Cohetes, morteros y proyectiles anticarro (dirigidos con precisión a los puntos débiles de los tanques) están siendo las principales armas de los yihadistas. Esto supone una gran cantidad de material. A medida que el EI ha ido perdiendo batallas y territorio, y se ha reducido su capacidad de apoderarse de armas del ejército iraquí, la necesidad de autoproveerse ha ido en aumento.

Según el informe de CAR, el Estado Islámico ha sido capaz de producir munición con gran rapidez, y lo ha seguido habiendo iniciada la batalla de Mosul. CAR ­pudo documentar la producción de más de 5.000 cohetes de 110 y 115 mm y granadas de mortero de 120 mm. Las fechas de fabricación en las etiquetas indicaban que en los meses previos a la batalla el EI estaba fabricando decenas de miles de proyectiles.

La producción sigue instrucciones precisas, con un control de calidad estricto, y está dirigida por una autoridad central. A veces las factorías están muy distantes unas de otras; sin embargo, las granadas de mortero, por ejemplo, que han sido fabricados en un lugar se ajustan a las características de los tubos lanzadores producidos en otra parte. Estos tubos proceden de los utilizados en la industria del petróleo, capaces de resistir durante bastante tiempo la presión ocasionada por los disparos. Para la fabricación de los proyectiles, en cambio, a los yihadistas les basta con fundir acero procedente de chatarra. El metal de inferior calidad se utiliza para soportes y lanzaderas de cohetes. Es significativo que la factoría de Gogjiali se encontrara cerca de un desguace.

El resto de los materiales –cables, precursores, detonadores, propelentes para los cohetes, explosivos…– es manipulado asimismo artesanalmente. Pero lo interesante es su origen. Tal como ya señalaba CAR en otro informe, el pasado febrero, sobre la fabricación de explosivos, los materiales utilizados proceden “casi exclusivamente del mercado interno turco”.

Se trata de componentes como nitrato potásico, aluminio, cemento para los moldes… Según CAR, existe una “sólida cadena” de suministros que va desde Turquía hasta Irak pasando por Siria, sobre todo en lo que respecta a los compuestos químicos. Y en muchos casos el proveedor de los materiales es el mismo.

Las conclusiones de CAR merecen investigaciones más profundas, ya que, según señala el informe, “grupos altamente orga­nizados, cuando tienen la oportunidad de explotar al máximo mercados” como el de Turquía “pueden actuar con gran independencia para producir un amplio rango de armas efi­caces”.

15-XII-16, F. Flores, lavanguardia