implacable, impune y genocida política contra los pueblos tribales

El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CEDR) de la ONU ha pedido al Gobierno peruano que frene la exploración de hidrocarburos en un área del yacimiento de gas Camisea, situada en la Amazonia y habitada por tribus de indígenas no contactados o voluntariamente aislados.

Organizaciones indígenas apoyadas por la oenegé Survival denunciaron las intenciones del Ministerio de Energía y Minas peruano de autorizar los sondeos en el interior de la Reserva Kugapakori-Nahua-Nanti, donde sobreviven al menos esas tres tribus amazónicas. Las exploraciones incluirían detonaciones y pruebas sísmicas y, de resultar exitosas, podrían comportar la apertura de dos docenas de nuevos pozos de gas.

Las actividades extractivas en la zona amenazan “la supervivencia física y cultural de los pueblos indígenas”, según la carta que ha enviado el presidente del CEDR, Alexéi Avtonomov, al embajador peruano ante la oficina de la ONU en Ginebra. El organismo también expresa su “preocupación por el posible impacto discriminatorio” y el “completo goce” de los derechos humanos de estos pueblos.

Survival sostiene que la ampliación del proyecto es “ilegal”, ya que Perú estaría violando un decreto del 2003 emitido por el propio Gobierno peruano, que impediría las actividades extractivas en esa área indígena. El decreto fue una imposición del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) antes de entregar un crédito de 75 millones de dólares. El Gobierno de Ollanta Humala “está haciendo exactamente lo contrario de lo que dijo; no sorprende que la ONU haya pedido la suspensión de tan irresponsable proyecto”, declaró en un comunicado el director de Survival, Stephen Corry.

Descubierto a mediados de los ochenta del siglo pasado, Camisea es el yacimiento gasístico más grande de Perú y uno de los más importantes del continente, situado en las regiones de Cuzco y Ucayal. Su explotación corre a cargo de un consorcio internacional liderado por la petrolera argentina Pluspetrol y la norteamericana Hunt Oil, que cuenta con la participación de otras empresas como Repsol, con un 10% del proyecto.

31-III-13, R. Mur, lavanguardia

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