Rusia gana un asalto en su combate con la Unión Europea por Ucrania

 Infographic by RTEl Gobierno ucraniano dio ayer un volantazo de 180 grados que ha sorprendido a quienes en la Unión Europea ya esperaban a Ucrania con los brazos abiertos. Ocho días antes de la firma de un acuerdo de asociación con Bruselas, Kíev ordenó suspender todos los preparativos y “adoptar medidas que aseguren la seguridad nacional”, dijo el primer ministro, Mikola Azárov. Poco antes, la Rada (parlamento) rechazaba las enmiendas de ley para que la ex primera ministra Yulia Timoshenko viajase al extranjero a recibir tratamiento médico, como había pedido la UE.

La orden añade, además, que Ucrania “retoma el diálogo activo” con Rusia, quien en los últimos meses ha llevado a cabo una campaña de presiones comerciales que observadores y críticos con Moscú han interpretado como presiones políticas para que Ucrania abandone el sueño europeo y se integre en la Unión Aduanera del presidente ruso, Vladímir Putin. El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, acogió con satisfacción el deseo de Kíev de mejorar la cooperación económica con Moscú. “El Gobierno ucraniano se ha plegado de repente al Kremlin, es evidente que la política de presiones brutales funciona”, declaró Carl Bildt, ministro de Exteriores de Suecia.

La UE admitió ayer estar “decepcionada” por la decisión ucraniana, y subrayó que lo que le había ofrecido firmar es “el acuerdo más ambicioso que jamás se ha ofrecido a un socio”, según dijo la alta representante de Política Exterior, Catherine Ashton, en un comunicado. Suscribiendo el acuerdo, Kíev “habría enviado una clara señal a los inversores e instituciones internacionales de que Ucrania es seria en sus promesas de modernización” y habría beneficiado su negociación con el FMI. “Creemos que el futuro de Ucrania pasa por una fuerte relación con la UE”, concluyó.

Yevgenia Carr (R) holds hands with her mother Yulia Tymoshenko who addresses Ukrainians while Rodion Kireyev, judge of Kiev Pechersky court reads a verdict to her during the sittings in Kiev on October 11, 2011. (AFP Photo / Sergei Supinsky)Que Ucrania permitiese a Timoshenko viajar a Alemania para recibir tratamiento médico era una condición de la UE para la firma del acuerdo, previsto para la cumbre de Vilna (Lituania) del 28 y 29 de noviembre. La oposición ucraniana calificó el giro hacia Rusia de “traición”.

Yulia Timoshenko es la principal figura de la oposición al presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich. La enemistad política viene de la revolución naranja, que lideró Timoshenko y que en el 2004 privó a Yanukóvich de la presidencia. Este sólo alcanzó la jefatura del Estado en el 2010. Un año después, Timoshenko fue acusada de excederse en sus funciones de primera ministra en el 2009 al firmar un acuerdo de compra de gas con Rusia. En un juicio criticado por la oposición ucraniana y por la comunidad internacional por tener motivaciones políticas, fue condenada a siete años de cárcel.

El politólogo Piotr Koscinski, del Instituto de Asuntos Internacionales de Polonia, aseguró hace unos días en Moscú que el acuerdo con la UE significaba una oportunidad. “Tal vez no haya posibilidades inmediatas de integración, pero es estabilidad. Beneficia a ambos, porque abre el mercado y ofrece más posibilidades de inversión”, explicaba en un debate en el Centro Carnegie de Moscú.

Activists of Ukrainian movement El acuerdo que Ucrania ya no firmará forma parte de la política de Asociación Oriental, un proyecto de Bruselas para atraer a las ex repúblicas soviéticas de Bielorrusia, Moldavia, Ucrania, Azerbaiyán, Armenia y Georgia. El portazo de Ucrania supone una bofetada a la política exterior europea. Con la retirada del mayor y más potente país del bloque (46 millones de habitantes), la iniciativa comunitaria queda muy coja cuatro años después de su lanzamiento.

22-XI-13, G. Aragonés/B. Navarro, lavanguardia