el Gobierno español es proactivo y agresivo contra la Ciencia, contra nuestro futuro

Joan Massagué (Barcelona, 1953), director adjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, director del programa de Biología del Cáncer del Memorial Sloan-Kettering Center de Nueva York, y miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, pronunció ayer palabras muy duras respecto a los recortes presupuestarios en materia científica. En el marco de una conferencia del foro Tribuna Barcelona, Massagué afirmó: "El Gobierno español tiene una feroz indiferencia hacia la ciencia, una indiferencia proactiva y agresiva".

No es habitual que una figura de la talla de Massagué le lea la cartilla al Gobierno de modo tan claro. Tampoco lo es que un gobierno, aunque esté contra las cuerdas debido a la crisis económica, recorte un 25% el presupuesto en investigación, cuando el promedio del recorte general ronda el 10%. La política del Gabinete Rajoy -lo hemos dicho en más de una ocasión- está siendo poco afortunada en este capítulo, porque los recortes en investigación no sólo comprometen el presente del país, sino que hacen algo peor: minan las bases de su futuro.

Massagué, al igual que el resto de la comunidad científica, no ignora las dificultades que atraviesa el país, ni se opone a acometer recortes. Pero no recortes que agosten buenos proyectos y ahuyenten talentos. Ni recortes que superen con mucho los de otros sectores. El científico catalán esbozó ayer una propuesta de acción, que pasa por potenciar la excelencia y, con ella, los equipos que han obtenido mejores resultados, al tiempo que se mantiene a los que siguen una trayectoria prometedora y se proponen cierres o fusiones para el resto. No es una propuesta ajena a la realidad la de Massagué, sino una opción que parece inteligente y razonable...

La receta de Joan Massagué porque la ciencia sobreviva a la crisis pasa necesariamente para evaluar los científicos, apoyar sólo a la excelencia, concentrar esfuerzos y más implicación de la sociedad civil. Massagué, una de las máximas autoridades mundiales en investigación sobre el cáncer, defendió ayer durante su intervención en Barcelona Tribuna "hacer de la crisis oportunidad". Por eso afirma que en Cataluña hay ciencia, que la ciencia y la tecnología son un motor económico y social con mucho prestigio que tienen ciertas naciones, grandes y pequeñas, que han apostado por esta economía del conocimiento, y que "Cataluña quiere pertenecer a este grupo".

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Este científico es director del programa de biología del cáncer y genética del hospital Memorial Sloan-Kettering de Nueva York, pero también es asesor científico al Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona –del cual ahora es director adjunto– y, desde el año pasado, también al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid, en que preside el consejo científico. Y precisamente esta tarea de asesoramiento fue la que destacó en la presentación que hizo del acto el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell. "Hace diez años dibujó algunas cosas que había que hacer y todo se ha realizado, todo el que dijo. En tiempo de crisis necesitamos su asesoramiento, aunque sea llevar y exigente". En este momento de drástico recorte presupuestario, especialmente en el terreno científico, la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País 1822, la Asociación Española de Directivos (AED) y La Vanguardia –con el patrocinio de Gas Natural y Telefónica– reunieron más de un centenar de científicos, gestores de centros de investigación, dirigentes de las universidades catalanas y empresarios relacionados con la ciencia, la tecnología y la medicina para debatir sobre el futuro de esta ciencia "encara adolescente", en palabras de Massagué. Sin dejarse desanimar por un recorte de un 25% en el presupuesto del Estado para ciencia y tecnología, Massagué recordó que los equipos excelentes compiten por los mismos recursos que el resto de la buena ciencia mundial. La euforia que también encomendó a la ciencia en los primeros años del milenio dibujó un modelo que, según el parecer de Massagué, lo hace vulnerable. "Tenemos que cambiar este modelo de un centro de investigación a cada parada de metro". Demasiado "me too" (yo también), comentó para referirse al deseo generalizado en estos años pasados que cada entidad tuviera su centro y que cada centro tuviera de todo. La actual sopa de letras que supone la larga lista de siglas de los centros de investigación "desdibuja la identidad y diluye la marca", sentencia el científico.

Esta ciencia adolescente que se tendrá que hacer adulta en un momento difícil necesita concentración, mantener los fichajes de profesionales adalides tanto sí como no, "y talento directivo, una cosa de la cual todavía no hay tradición". Desde su punto de vista, hay demasiadas instituciones por el medio, con planes y maneras de hacer muy diversas, y hay que tener uno o dos modelos y bastante. "El contrario es un derroche de energía".

La animosa reprimenda también llegó a la industria y su "insuficiente presencia", sin la implicación de la cual no se saldrá adelante. Y también a quienes pueden ser mecenas, "arma secreta de la investigación en todo el mundo". Y no sólo habla de leyes que favorezcan el mecenazgo, sino de inversión, "porque si el 5% de los que tienen recursos para hacerlo invierten para satisfacer el adelanto del país, el impacto será enorme". Recordó que la filantropía sin vínculos públicos fue aquella que le apoyó e hizo posible su investigación sobre el mecanismo de la metástasis en el cáncer. "Aquí tuve que sentir que esto estaba un poco #ver. Hace falta visión y confianza".

En su análisis, que los presentes calificaban de realista y sensata, Massagué describió la política del actual Gobierno español de "feroz indiferencia proactiva, agresiva, casi unamuniana, hacia la ciencia". Massagué admite que los recortes son necesarios, "pero el que es importante es como se haga la poda".

No dedicó mucho tiempo más, a pesar de que reconoció que el riesgo no es pequeño, que según cómo se interrumpa el desarrollo de esta ciencia que ya había logrado la adolescencia y había colocado en el mundo los científicos españoles, y especialmente los equipos que desarrollan su tarea en Cataluña, la situación puede ser irreversible. "Es difícil de hacer, fácil de hundir y casi imposible de reconstruir", resumió.

Qué se tiene que hacer?
"En primer lugar, evaluar los diferentes grupos científicos y los centros que han recibido recursos públicos". En segundo, potenciar los que han brillado, los que lo hacen bien, "y discutir el que no merecen inversión". Y continuar adelante con nuevos fichajes: "para mantener la marca se tiene que decir afuera que Cataluña ficha. Ya hay mucha gente afuera que cree que quizás esto de la ciencia española fue un bluf". Y todo esto para "fortificar la demasiada crítica", la fuerza investigadora.

También cree imprescindible que desde la enseñanza primaria la ciencia esté presente y se viva como una cosa prestigiada, "una cosa cool, como cuando nosotros éramos jóvenes", sonrió en dirección a varios científicos presentes al acto. Y citó la experiencia en las escuelas finlandesas, "y el impacto es visible, real, con sus vicisitudes, esclar".

15-V-12, A. MacPherson, lavanguardia