despótica ingeniería lingüística de la política educativa (...) del Gobierno Bauzá

La Conselleria d’Educació se ha esforzado en hacer ver que el curso, iniciado el viernes pasado, ha comenzado “normal”. Pero la realidad ha sido muy diferente. Centenares de docentes y padres protestaron con las clásicas camisetas verdes contra las precipitaciones lingüísticas y los recortes. Algunos centros desconocen todavía en qué lenguas deben enseñar cada materia, puesto que su proyecto aún no ha sido aprobado por el Ejecutivo. Otros se han negado a aplicar el polémico decreto de tratamiento integrado de lenguas (TIL) y mantienen el sistema del 50% de mínimos en catalán, amparándose en la oposición de los consejos escolares y en que los tribunales suspendieron su calendario de implantación.

Desde que comenzó la legislatura en el 2011, el Partido Popular ha intentado por todos los medios cambiar el sistema lingüístico, que destacados miembros del partido han tachado de “dictadura catalanista”. El curso pasado se introdujo la libre elección de lengua en infantil y primaria, pero sólo el 13% de los padres optó por el castellano. También se puso en marcha un proyecto piloto de plurilingüismo en cincuenta centros a tres años vista, pero se cubrieron menos de la mitad de las plazas.

Lejos de cejar en su empeño, el presidente José Ramón Bauzá pisó el acelerador. Cambió el equipo de Educació e impuso el trilingüismo por decreto, sin negociación con los agentes sociales. La decisión trunca de raíz la introducción paulatina en varios centros de la metodología Aicle (aprendizaje integrado de contenidos y lenguas extranjeras).

Los expertos alertan del perjuicio que suponen las prisas con el inglés en comunidades con una gran complejidad lingüística y social como las islas. Para Martí March, catedrático de Sociología de la Educación de la UIB y autor del último anuario sobre la educación balear, “es adecuado dar un salto cualitativo en la introducción de una tercera lengua, pero para que la implantación sea un éxito ha de cumplir varios requisitos que ahora no se dan; entre ellos, buena formación del profesorado, una introducción gradual y adaptación a la realidad sociolingüística de cada centro”.

15-IX-13, E. Carranza, lavanguardia