cuatro billones de pesetas, con b de Bankia, de los que nadie se responsabiliza

Cuatro billones de pesetas. Con b de Bankia. Eso suponen los 23.500 millones de euros que necesita la entidad nacionalizada hace una semana... La novela de terror por entregas de la crisis financiera española tiene su paradigma en Caja Madrid. En menos de dos años, la joya de la corona castellana intentó evitar su quiebra uniéndose a desahuciados de todos los confines. Nacieron así dos muertos vivientes gemelos bautizados como Banco Financiero y de Ahorros y Bankia, que atrajeron a zombis de diverso tamaño como la valenciana Bancaja, cajas de Ávila, Segovia, Rioja, Canarias... Nos contaban que eran el cuarto banco español: diez millones de clientes, 22.000 empleados y 400.000 accionistas. Lograron la friolera de 40.000 millones de euros en préstamos del Banco Central Europeo, al 1% de interés. Tenían y tienen participaciones industriales en empresas del calibre de Iberdrola, Indra, Iberia, Mapfre... Y como aparentaban una fortaleza sin igual, lucían su celo en las torres más emblemáticas: la flácida KIO, 27 plantas, 24.000 metros cuadrados construidos; y la Foster, 250 metros de altura, la más elevada de la España mundial... La duda que tenemos los ignorantes es qué diablos pasará con el largo centenar de miles de millones de euros en créditos al ladrillo que siguen campando por ahí.

27-V-12, A. Abián, lavanguardia

Ni un reproche, ni un juicio de valor y ni un solo comentario que se aproximara lo más mínimo a la crítica. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, evitó hacer leña del árbol caído en su primera comparecencia pública –que se produjo un día después de pedir al Estado hasta 19.000 millones más para salvar al grupo financiero– y se guardó muy mucho de criticar a Rodrigo Rato, su predecesor en el cargo, ni al consejo que le acompañó en los últimos años.

Si el miércoles pasado Luis de Guindos, ministro de Economía, dijo en el Congreso que él no era un ángel exterminador y que no quería mirar atrás para no convertirse en estatua de sal, ayer Goirigolzarri pidió prudencia a quienes demandan ya que alguien asuma su responsabilidad por el mayor rescate bancario de la historia de España. El nuevo presidente de Bankia alabó el trabajo de los consejeros salientes y recordó lo complejo que había sido dirigir la nave en la etapa anterior debido a la crisis económica, la agobiante presión regulatoria y los problemas derivados de la integración de siete cajas en Bankia y una salida a bolsa que se produjo en el peor momento.

Según su análisis, lo ocurrido en Bankia no está en absoluto ligado a la mala gestión de nadie, sino que se trataría de una consecuencia del deterioro del valor de los activos que se ha producido por el alargamiento de la crisis y a las fuertes provisiones que se han tenido que realizar por los cambios regulatorios. Nadie lo ha hecho mal ni mucho menos debe pagar por ello.

Goirigolzarri tampoco puso ninguna objeción a la actuación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en las dos últimas semanas, en las que las acciones de Bankia han sufrido variaciones al alza o a la baja de hasta un 30%, en medio del desconcierto de los pequeños inversores. El organismo que preside Julio Segura no hizo nada hasta el último momento, el pasado viernes, pero el directivo bancario lo ha visto correcto e incluso desveló ayer que participó en la decisión del regulador de los mercados de suspender la cotización de Bankia el pasado viernes. Mañana se prevé que se levante la suspensión y vuelva a cotizar.

El pequeño inversor o cualquier otro que se haya sentido perjudicado por lo ocurrido en Bankia ya sabe que ni el Gobierno del PP, ni la CNMV o el Banco de España ni la propia entidad harán nada para depurar responsabilidades. Para los afectados quedan los tribunales o la resignación...

Cuando acabe el proceso de capitalización, el grupo BFA-Bankia habrá recibido casi 20.000 millones de capital en los dos últimos años. Por un lado, del Estado, con la conversión de un préstamo de 4.465 millones del 2010 en capital y el rescate anunciado el viernes por otros 19.000 millones. Los inversores privados le habrán dado los 3.100 millones de la ampliación de capital previa a la salida a bolsa y otros 1.277 millones de preferentes que fueron convertidas en acciones de Bankia el año pasado. En total, unos 27.500 millones, algo más de lo que vale hoy en bolsa el BBVA.

27-V-12, L. Agustina, lavanguardia

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